Buenas noches!
Hoy puedo decir que ha sido uno de los días en que más he disfrutado con la bicicleta, pero con diferencia. Se ha celebrado en Pamplona el Día de la Bicicleta, en su XXIII edición. El día ha salido soleado y yo he llevado la mejor compañía: mi hijo Lucas (aparte de Xavi y Juan, a los que desde aquí doy las gracias por hacerme de guarda espaldas).
Me estuve informando de si había «servicio» de coche escoba, ya que con la bici sin pedales de Lucas, estaba claro que desde un principio, iría montado en el coche escoba, y yo pedaleando a su lado.
Hemos empezado en la Plaza del Castillo y nos hemos colocado bastante adelante en la salida. Lucas estaba nervioso perdido preguntando a ver por qué no empezaba la «carrera».
A eso de las 10:15 han dado la salida y hemos empezado. Lucas iba contento, con los pies como los Picapiedra y la gente le animaba, que más quería el. Llegando a la altura de la Avenida del Ejército, el pelotón se ha estirado y podíamos ir más cómodos. Yo más tranquilo. Entre Xavi, Juan y yo, ibamos escoltando a Lucas, evitando que se fuera de lado a lado poniendo en peligro al resto. Pero el crío iba bien, muy agusto.
Poco a poco ibamos, nos pasaba muchísima gente, obvio, pero nosotros a lo nuestro. En la plaza del ayuntamiento mucha gente animando, Lucas ni se enteraba pero la gente le gritaba, el a lo suyo. Por la Estafeta más de lo mismo. Entre pitos y flautas, nos hemos presentado en Mendillorri, mitad del recorrido y bocadillo para recuperar. Lucas seguía sin dar señas de cansancio. Yo ni me lo creía.
Tras almorzar, tocaba bajar lo que habíamos subido. Este jodido como un tiro, pobres zapatillas para frenar… por el Soto de Lezkairu rumbo a la Uni, buscando la zona de Abejeras. Aquí yo creía que se acababa el día, parecía que se cansaba Lucas. Traguillo de agua y adelante, la meta estaba cerca. Aquí ya ibamos los últimos de la marcha, literal, escoltados por la furgo de mis amigos de Sarribikes, conducida por Xabi, que iba de mecánico de la prueba.
Sorprendido, emocionado y muy orgulloso de que, con casi 4 años, y con la bici sin pedales, se ha metido el colega 15 km entre pecho y espalda, y sobre todo, que ha disfrutado un montón. Todo el rato hablando, riendo y diciendo que iba muy agusto.
En meta nos han dado la bolsa del corredor y no ha habido suerte con los premios, pero lo bien que lo hemos pasado, eso no nos lo quita nadie.
Dia para repetir con la mejor compañía. Y de verdad, creo que ha sido el mejor día que he vivido sobre una bicicleta.
Feliz semana!!!